lunes, 3 de noviembre de 2014

NADA ES LO QUE PARECE: LIMPIANDO EL GUADALQUIVIR, ACTUACIONES PLACEBO, EL EFECTO INAUGURACIÓN. ESPERANDO RESPUESTAS

  




Todo gran mago sabe los procesos de manipulación de la ilusión. Tres posibilidades, para ser un gran mago; que haya descubierto los secretos de la verdadera magia y alquimia, que no sea de este mundo, o que sea el mejor ilusionista conocido. Hablamos de grandes magos, no de farsantes y charlatanes. Un farsante que se hace pasar por ilusionista puede engañar a todo el mundo, a intelectuales, a científicos, pero nunca podrá engañar a los grandes magos porque éstos ya se conocen todos los trucos.

La confusión entre lo que es y lo que parece ser es muy frecuente en nuestra vida cotidiana. A menudo nos quedamos perplejos ante algo que nos parecía real y que descubrimos era pura apariencia.

Normalmente establecemos conexiones para ubicar y enraizar lo que sabemos, para aplicarlo, para explicarlo, a menudo buscamos paralelismos y analogías que faciliten nuestra comunicación, nuestro análisis, nuestra síntesis, que, en ocasiones, pueden ser casuales e intuitivas. Ante las irregularidades en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que la Inspección de Servicios está investigando se podría utilizar la analogía "hay que limpiar el río"...de irregularidades.
   
Pues bien, ¡vamos a ello!. Nada es lo que parece.

Cada vez que hay crecidas e inundaciones se reclama “limpiar” el río. 

La idea “hay que limpiar el río” quizás está tan enraizada porque en el pasado los cauces se “limpiaban” sin contemplaciones, sabiendo que no servía de nada, a modo de “actuación placebo”, para mantener callado al ciudadano y ganar votos. Aún se sigue haciendo cuando se consigue regatear sin rubor las “trabas ambientales”.

Así, no faltan gestores públicos que se acogen a procedimientos de emergencia (sinónimo de ausencia de control) tras cada crecida para meter las máquinas “limpiadoras”, bajo una situación de grandes presiones económicas y dinero público disponible para las contratas.

Los organismos de cuenca tienen un deber de policía y protección del dominio público hidráulico, no un deber de limpieza cotidiana de los cauces en las zonas urbanas. Así se establece en el Texto Refundido de la Ley de Aguas. Esas "actuaciones de limpieza" están genéricamente encomendadas a las Administraciones competentes en materia de ordenación del territorio y urbanismo. Aún así, ni el Plan Hidrológico Nacional ni el Texto Refundido impiden que mediante la firma de convenios se acuerden ese tipo de actuaciones entre los organismos de cuenca y la entidades locales.

Tras varios años sin ninguna tarea de limpieza por parte de la entidad local competente del río Guadalquivir a su paso por Córdoba, el pasado año, el Organismo de Cuenca (Confederación Hidrográfica del Guadalquivir), la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento constituyeron un grupo de trabajo para diseñar y programar todas las medidas a acometer para conservar y mantener un río limpio y que pudiera ser un referente de respeto medioambiental con el entorno. 

La CHG actuó “de emergencia” (ausencia de control) entre el Puente Romano y el puente sobre la autovía A-4. Actuación que generó un coste inicial de 1,5 millones de euros que incluía la recogida de residuos sólidos urbanos y arrastres acumulados en las márgenes y que fue ampliado a 300.000 euros más para llevar a cabo los trabajos que le correspondían al Ayuntamiento de Córdoba, según convenio “firmado”, sobre lo que se acumule bajo los pilares de los puentes.


Finalizada la limpieza a finales del año 2013, el Consejo de Ministros autoriza, con fecha 16 de mayo de 2014, la actuación de emergencia "para corregir los daños causados por las excepcionales precipitaciones registradas en el pasado año hidrológico" por 1,8 millones de euros.

En el mismo sentido debía haber actuado la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en el resto de provincias, sin embargo la CHG reconoció hace poco en prensa que no hay fondos suficientes para realizar todas las actuaciones que se requieren. A modo de ejemplo desde el inicio de 2014 el organismo ha invertido en toda la provincia de Granada 1,69 millones de euros

El famoso Plan Hidra contemplaba actuaciones por 30 millones de euros, de los cuales aproximadamente el 60% se ha utilizado para labores administrativas mayoritariamente realizadas por empresas externas. 


Una incoherencia para los "profanos" en la materia.

En Córdoba se cayó en el “efecto inauguración”, como en tantos otros lugares, descuido tradicional de la gestión, en este caso, fluvial. Las obras "de emergencia", autorizadas a posteriori e incongruentes, por lo de la eliminación de los residuos urbanos acumulados que debe corresponder a las entidades locales, generaron un presupuesto “engordado” que "deja de lado" actuaciones necesarias en numerosos municipios de la cuenca del Guadalquivir. 

En opinión de los expertos generalmente estas obras “urgentes” de limpieza y acondicionamiento obvian la planificación, muchas veces no existe proyecto, y casi siempre no se incluye un estudio ambiental. Nunca puede justificarse un procedimiento de limpieza, sea de residuos urbanos, sea de gravas, de vegetación viva o de madera muerta, dentro de un Plan de Restauración. Habría que limitar esas actuaciones solo a programas de mantenimiento de cauces en casos muy especiales de alto riesgo, labores que no pueden llamarse restauraciones, ni correcciones, ni financiarse como tales.

La tan esperada limpieza y adecuación del cauce del río Guadalquivir a su paso por Córdoba genera un debate entre los distintos sectores implicados del que es difícil sacar una conclusión. Todas las administraciones tienen alguna responsabilidad en estas labores. La comisión de seguimiento, grupo de trabajo creado para el “río limpio”, parece ser que ha desaparecido, ya que una vez ejecutadas todas esas labores de "urgencia", no se sigue con el mantenimiento y la conservación.

En relación con lo anterior Antonio Hurtado Zurera, Diputado por Córdoba, perteneciente al Grupo Parlamentario Socialista ha llevado una serie de preguntas escritas a la Mesa del Congreso de los Diputados (BOCG 16 de octubre de 2014) que esperan respuesta:
  • ¿Cuánto dinero ha aplicado el Gobierno a la limpieza de las orillas del Guadalquivir a su paso por la ciudad de Córdoba? 
  • ¿Se va a continuar contribuyendo con la limpieza del río por Córdoba? 
  • ¿Se firmará algún tipo de convenio con el Ayuntamiento de Córdoba?
  • ¿En que términos puede haber un acuerdo con el Ayuntamiento de Córdoba?
  • ¿Cómo y de qué manera se garantizará la limpieza del río a su paso por la ciudad de Córdoba? 
Muchas preguntas esta recibiendo el Gobierno sobre la gestión de los recursos públicos en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, esperamos que la soberbia exagerada, conocida como “síndrome hybris”, y que se suele asociar a cargos de poder, no haga estragos ni vicie las respuestas incurriendo en la máxima “vanidad de vanidades”. 

Las cosas no suceden así por casualidad. Al cabo de los años, hemos visto como según las circunstancias era conveniente "maquillar" comportamientos, adecuarlos al contexto, ocultar la verdad, moderar respuestas o amordazar la espontaneidad en aras de una supuesta convivencia armoniosa. En otras palabras; se utiliza la manipulación y la hipocresía sin prestarle la atención más mínima, que la mentira es tan ubicua, que es habitual e irrefrenablemente inconsciente.

La realidad es que no se puede mostrar algo que no se ve, y si así fuera siempre habría una explicación oficial, una excusa estúpida pero convincente para que el ego de la conciencia de algunos se quede conforme.

Que la corrupción es mala para la sociedad es obvio, pues desvía parte de sus recursos hacia los caprichos de algún caradura. Pero también es mala para el corrupto quien, a cambio de poder o dinero, deja por el camino jirones de su propia dignidad. 

Este escenario está definiendo su rumbo hacia unos acontecimientos que pueden devenir en el fin del evento y el inicio de un nuevo pacto. Todo saldrá a la luz, hoy, mañana o pasado, pero tarde o temprano, saldrá a la luz.

"Las cosas no son siempre lo que parecen, la apariencias engañan a muchos, pero la inteligencia de unos pocos percibe aquello que se oculta" (Gayo Julio Fedro).

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