lunes, 29 de septiembre de 2014

...(VI) LA PREGUNTA DEL MILLÓN, LA CONFEDERACIÓN HIDROGRÁFICA DEL GUADALQUIVIR HACE AGUA, "PLEASE EXPLAIN" ("POR FAVOR, EXPLIQUEN"). NUEVAS REVELACIONES DE “EL CONFIDENCIAL”.

  



En el año 2008 un diputado pregunto al Gobierno de la Nación lo siguiente: 

¿Piensa el Gobierno poner un mecanismo para debatir y aprobar los proyectos de ley, el referido “por cojones” o “por huevos” y si es así, podría explicarnos el Gobierno en qué consiste exactamente este mecanismo?.

Esta pregunta fue finalista del Concurso la Pregunta del Millón, una de las categorías de premios anuales que concede la Asociación de Periodistas Parlamentarios a los diputados del Congreso, senadores y europarlamentarios de España a las preguntas más singulares formuladas. Simples chascarrillos, que en el caso del referido “por cojones” o “por huevos” es lo que se viene dando en las decisiones que, motu proprio, toman algunos gestores de organismos y administraciones públicas obviando la existencia de legislación, normativa e instrucciones varias de obligado cumplimiento.

Hay otras preguntas, como las que fueron realizadas por un grupo parlamentario en el Congreso de los diputados a finales de 2013, cuyas respuestas parecieron dar total satisfacción a las cuestiones planteadas, excepto a los empleados públicos afectados que llevaban meses alertando sobre el asunto. Al igual que la pregunta del año 2008, estas interpelaciones del año 2013 quedaron en simple anécdota, pero en este caso no optaron tan siquiera a ser clasificadas para su participación en el Concurso la Pregunta del Millón.

Normalmente, la pregunta del millón, resulta ser una frase que se suele utilizar para referirse a una “pregunta clave”, y que, se supone, será aquella que nos dará las luces necesarias para entender una situación, sacar conclusiones y tomar la decisión más acertada.

En innumerables ocasiones es inútil buscar respuesta a preguntas que no la tienen. Incluso, es tarea compleja, decidir, en cada caso, la pregunta del millón exacta. Si además elegimos una respuesta al azar a esta pregunta del millón ¿cuál es la probabilidad de que sea correcta?, pues todo da a entender que prima la intuición. Estadística básica.

Como cita pongamos esta: "Sobre un río hay un puente que divide dos propiedades y sobre el puente rige la siguiente ley: Quien pase por el puente ha de ser preguntado por sus intenciones, si dice la verdad podrá pasar, si miente, será ahorcado. Un juez debe determinar la suerte del que pase. Pero un cierto día, un individuo que pasó por el puente, preguntado por sus intenciones, respondió: vengo a ser ahorcado en esa horca y sólo a ello. En estas condiciones, el juez del puente se encuentra en un dilema". Capítulo 51 de la segunda parte de El Quijote.

Es obvio, que esto es un claro ejemplo de paradoja por aquello de “la pescadilla que se muerde la cola”: Si ahorcan al individuo habría dicho la verdad y deberían haberle dejado pasar, pero si lo dejan pasar entonces habría mentido y debería haber sido ahorcado.

Es claro deducir que el control sobre los políticos y funcionarios, y particularmente sobre aquellos que forman parte del primer escalafón; el propio Ejecutivo (Presidente, Vicepresidente y Ministros), del segundo escalafón; Secretarios de Estado, Directores Generales, del tercer escalafón; Subdirectores Generales y otros titulares de plaza en los altos cuerpos de la Administración del Estado y así en toda la línea jerárquica hasta su base, es una función de nuestro Estado Garante por lo que la pregunta del millón es pertinente y de urgente respuesta.

El político de alto rango, al tomar posesión de su cargo “jura” o “promete” por su conciencia y honor, desempeñarlo bien y fielmente, igualmente lo hace el funcionario, sea o no de alto rango, aunque uno se piense, en ambos casos, que es puro trámite. Si se falta al juramento se es un perjuro y si se incumple la promesa se es un falsario.

Al tomar posesión del cargo, tanto el político como el funcionario se deben al ciudadano, no siendo su cometido anteponer, en ningún caso, ni los intereses personales ni partidistas, ni mucho menos el ánimo de lucro. 

Atribulados e ignorantes, el estudio comparativo de las circunstancias de estas situaciones para tratar de prever su evolución y encontrar su solución, no nos cuadra.

No hace falta consultar con vidente alguno para saber que el barco de la gestión de los recursos públicos en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir hace agua. Muchos no creen que la sangre vaya a llegar al río, ni el río a dividir su cauce. Pero... basta con mirar el panorama desde el puente.
 
Desearíamos ser capaces de formular la pregunta exacta, la del millón, y encontrar, en su respuesta, a aquel iluminado que postule un cargo conociendo de antemano cuáles son sus obligaciones. La sociedad lo necesita.

"Please Explain" ("Por favor, expliquen") las dudas legales sobre esta pregunta, para los profanos, la respuesta es enigmática.

"El Confidencial" aporta nuevos datos:

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