A algunos la curiosidad nos....mata. Tirando de nuestra hemeroteca tan particular nos encontramos que en el BOE (Boletín Oficial del Estado) del martes 26 de enero de 2010, en Anuncios de licitaciones públicas y adjudicaciones, la COMUNIDAD AUTÓNOMA DE ANDALUCÍA, por Resoluciones varias, de fecha 11 de enero de 2010, de la Dirección Gerencia de la Agencia Andaluza del Agua,anunciaba las licitaciones de los pliegos de bases para la contratación de trabajos para la realización de labores de explotación, mantenimiento y conservación, por un importe de entre 1.600.000 y 2.000.000 de euros y un plazo de ejecución de entre 1 y 2 años:
- De las presas del Distrito Hidrográfico del Guadalquivir en la provincia de Granada. Expediente: 561/2009/DGIYE/00 (A5.890.781/0411).
- De las presas del Distrito Hidrográfico del Guadalquivir en la provincia de Jaén. Expediente: 536/2009/DGIYE/00 (A5.890.784/0411).
- De las presas del Distrito Hidrográfico del Guadalquivir en la provincia de Sevilla. Expediente: 565/2009/DGIYE/00 (A5.890.783/0411).
- De las presas del Distrito Hidrográfico del Guadalquivir en la provincia de Córdoba. Expediente: 562/2009/DGIYE/00 (A5.890.795/0411).
La Resolución de la Dirección Gerencia de la Agencia Andaluza del Agua, de 19 de abril de 2010, acuerda el reinicio de los procedimientos pero a la vista de la preparación de la Ley de Reordenación del Sector Público Andaluz con su creación de la Agencia de Medio Ambiente y Agua (AMAYA) los pliegos antes referidos no son necesarios, pues la verdadera intención de los mismos era la contratación de personal externo. Mediante la creación de esta Agencia y la extinción de la Agencia Andaluza del Agua se convierte al personal externo en empleado público, con lo que ya no es imperiosa la licitación.
Como ya conocemos, tres años después, siguiendo la misma inapelable necesidad, en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir se licitan y adjudican los mismos pliegos para las mismas causas.
Los pliegos hasta ahora se venden, a precios que oscilan entre carísimos y prohibitivos. Tanto por el Procedimiento de “Negociados sin publicidad”, como por el Procedimiento de “Abiertos”.
Los de “sin publicidad” denotan una (presunta) falta deliberada de transparencia. De ese modo conocen sus detalles sólo el más pequeño manojo de "interesados" directos e inmediatos, excluyéndose así en forma preconcebida—no creemos en la ingenuidad — el conocimiento y acceso por la opinión pública y la prensa y demás interesados y asociaciones de usuarios o ciudadanos. Así se construyen los grandes negociados.
Pero si se han de vender en cientos de miles de euros, lo mejor, el procedimiento “Abierto”, como vemos está ocurriendo. En este caso la ley obliga a que no se excluya el conocimiento público. Lo peor, la Administración (presuntamente) supuestamente ayuda (sorteando el conflicto de intereses) a que los "interesados" sepan de su existencia recíproca y por ende se reúnan, formen clubes (en UTE) y acuerden en definitiva cómo van a ofertar y a qué precios.
Si no fuera porque la práctica de vender los pliegos es, por ello, indubitablemente (presuntamente) corruptora, forzoso sería concluir que es irremediablemente tonta. Sólo falta que alguien lo declare inmoral e inconstitucional y lo prohíba o mande al Juez de Instrucción o al Órgano competente cada vez que ocurra.
La publicidad y transparencia que se da en los procedimientos “abiertos” es justamente para permitir la crítica pública, la participación ciudadana, el control judicial y nada de ello puede hacerse eficazmente si no se conoce lo que la Administración se apresta a contratar y con que motivos y finalidad.
Para ello se publicitan los Pliegos. Los Pliegos de Cláusulas Administrativas de una licitación suelen ser preparados anónimamente: nunca nadie se responsabiliza de ellos. Los Pliegos de Prescripciones Técnicas debieran ser otro cantar porque para eso son avalados con la firma del responsable de su redacción.
En el caso asombroso de los Pliegos valorados en 12 millones de euros para la explotación de las presas de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, aún existiendo responsables con firma....¡ajo y agua! (=a joderse y aguantarse). Cada cláusula, supuestamente, es objetivamente una toma de decisión, que necesita sustento fáctico suficiente y adecuada motivación. ¿Por qué se exige “X” capital? ¿Por qué se fija el plazo “Y”? ¿Por qué tales recaudos técnicos?....No es suficiente con elevar al órgano máximo un expediente con o sin firma del responsable redactor. Si el superior firma sin analizar, demuestra impericia o negligencia. Igualmente si el superior del superior que firma no procede a analizar ambos pliegos está demostrando la misma impericia o negligencia.
Todos sabemos que es en las licitaciones públicas y más específicamente en los pliegos donde se cometen las verdaderas tropelías, los grandes costos al erario público, las grandes bases de la corrupción ulterior: lo demás es mera continuación de lo ya empezado mal. Se impide escuchar a quienes puedan tener soluciones alternativas, se obvia a los que, en el ejercicio de sus derechos, exigen una definición exacta para que no se cree una administración paralela o simplemente no se escucha a quienes no estén conformes en que sus dineros privados sean públicamente dilapidados.
Esa es la realidad……a callar!!
Bibliografía: “Licitación Pública”,
“La iniciativa en obras y privatizaciones” y
“El pliego de la iniciativa”
Argentina semejanza España
http://plataformaaguapublica.blogspot.com.es/2014/06/cuando-la-curiosidad-nosmata-la-venta.html
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