viernes, 18 de agosto de 2017

¡NUESTRA IDEOLOGÍA NO SE VENDE!

[Un extracto del discurso del SG de la FSM, G. Mavrikos en Abuya, Nigeria, durante la grande reunión de la FSM con sindicalistas de 41 países africanos]
Por ejemplo, se han preguntado alguna vez: ¿Por qué todos los gobiernos alemanes están financiando a la Fundación Friedrich Ebert con más de 100 millones de euros anualmente? Se han preguntado por qué los burócratas de Friedrich Ebert envían una parte de ese dinero a países del tercer mundo que tienen un rico subsuelo? Por qué los líderes sindicales burócratas alemanes recorren Uruguay, Perú, Nicaragua, Nepal, Bangladés, Túnez, Malí y cada país del mundo? Es porque se interesan por el desarrollo de luchas o porque se interesan por el incremento de las ganancias de su país a través de la explotación de sus países? Tal es el caso de la Fundación de la AFL-CIO estadounidense también.
Ustedes ya saben quién fue el Sr. Friedrich Ebert cuyo nombre lleva este mecanismo reformista y divisor. ¿Han leído a cuántos obreros mató durante la Revolución Alemana (1918-1919), a cuántos encarceló, a cuántos traicionó para salvar la socialdemocracia alemana y darles respaldo a los monopolios alemanes? Saben cuáles son los líderes de fundaciones así. Les sugiero que busquen por sí mismos. Confiamos en ustedes. Busquen. Lean. ¡Infórmense!
Nosotros, como FSM, como movimiento sindical de clase les decimos a las direcciones de tales fundaciones: Nuestra ideología no se vende. La historia de la FSM no se vende. Nuestros dirigentes no se venden. Sus euros y dólares están sucias. Quieren envenenar las consciencias de los trabajadores con el veneno del oportunismo, la corrupción y la división. Su meta es impulsar las ganancias de los monopolios de sus países; robar los diamantes de Sudáfrica, despojar Ghana de su café, pillar el petróleo de Nigeria, saquear el gas de Libia etc. Este es su objetivo. Son herramientas, mecanismo de la explotación capitalista.
Nosotros manifestamos que los recursos naturales pertenecen a los pueblos, a los trabajadores. “La tierra es de quien la trabaja..”
Somos conscientes de que la mayoría de los sindicatos de África así como de todos los continentes tienen grandes dificultades económicas. Sus miembros son pobres y no pueden pagar sus cuotas. Esta situación está siendo explotada por muchos gobiernos europeos que, a través de varias vías, intentan comprar la militancia de los sindicatos.
La lucha contra la corrupción y el soborno es de suma importancia para la orientación de nuestros sindicatos. Para nosotros, aparte del dolor de los trabajadores en África que cada uno puede describir, es importante debatir sustancialmente sobre la manera de organizar ese movimiento en nivel africano e internacional; un movimiento que cree reivindicaciones y un nuevo impulso en contra de esas condiciones y especialmente en contra de las causas que las generan. Si el movimiento sindical militante no hace frente con rotundidad al accionar de tales fundaciones de corrupción principalmente ideológica, los peligros de degeneración y cautividad del movimiento sindical serán muy graves.



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