José Antonio Griñán tiene un pie en el Senado. El todavía presidente de la Junta de Andalucía dimitirá el próximo martes como máximo responsable del Ejecutivo andaluz, acuciado por el caso de los ERE que investiga la juez Alaya, una cuestión que puede encaminar definitivamente sus pasos a asumir el cargo de senador para mantener su condición de aforado ante una posible imputación
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