viernes, 2 de agosto de 2013

“Aguas de Sevilla”

     “Aguas de Sevilla”, no son de Vitorio y Lucchino, son el eufemismo que utilizan “l@s ilustres visitantes” que vienen a la “Cuenca Atlántica” a las reuniones de coordinación de la “Agencia Andaluza del Agua”, (ambos organismos extintos), para no mencionar a la Agencia del Medio Ambiente y el Agua (de cuyos vehículos rotulados se bajan), Amaya, o lo que es lo mismo la conocida Egmasa.

Recientemente han vuelto a cobrar destacado protagonismo las reuniones entre la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente (en Cádiz) y la Amaya, que a distintos niveles han ido hilando fino la entrega de dinero público bajo la justificación de ejecutar diversos contratos para la administración pública.

Este dinero que proviene de tod@s l@s andaluces, también está engrosado con las retribuciones detraídas a l@s emplead@s públicos;
.-Paga extra.
.-Reducciones de salario (que van sumándose en varias ocasiones) con más incidencia entre el personal “no fijo”; laborales temporales y funcionarios interinos. Equivale a trabajar una parte de la jornada gratis o por menos dinero que antes.
.- Aumentos de horario; o lo que es lo mismo más tiempo trabajado gratis.

¿Hasta cuando seguiremos impasibles?, dejando que nuestras condiciones laborales y salariales empeoren, aumentando la Tasa de Explotación de l@s emplead@s públic@s.
¿Hasta cuando vamos a seguir permitiendo el mantenimiento de una competencia desleal y clientelar?, que si bien sea legal desde el punto de vista jurídico-burgués, es a todas luces injusta.
¿Hasta cuando las dos varas de medir?, que condiciona en una parte el cumplimiento de las normas del juego; EBEP. Y en otra imperan criterios subjetivos.
¿Hasta cuando el perjuicio y la devaluación de lo público?, por quienes han de mantenerlo y potenciarlo, mejorando los errores que se detecten para beneficio común. Y no perjudicarlo y debilitarlo para justificar un beneficio de una parte, perjudicando al resto.
¿Hasta cuando?

No podemos pretender jugar con sus normas, sus armas y en su campo, y pretender ganar; ¡jamás lo conseguiremos sólo con eso!. No digo con esto que las denuncias no sean positivas, digo que sólo las denuncias no conseguirán el objetivo pretendido, sus leyes son el fruto de sus intereses de dominación y control. Es el Imperio de la Ley contra el de la Justicia, Justicia que es por la que tenemos que luchar, también fuera de los juzgados, porque dentro de ellos no la encontraremos con este sistema.

Para el que pueda o quiera confundir el propósito de este artículo que es denunciar la doble moral de la Jungla de Nandalucía, aplicando diversas normas en función de quien se trate y los intereses que le muevan. Le diré que jamás mi persona criticará a ningún trabajador/a que dependa de vender su fuerza de trabajo para subsistir, lo que no quita para que sí critique que a un@s se les den diferente trato en el acceso a la venta de su fuerza de trabajo; que debe ser igual para tod@s l@s trabajadores/as andaluces (por el marco que estamos analizando).

¡Ni más chiringuitos para mantener indecentes privilegios, ni más desigualdad en el acceso al empleo público! (tanto en la administración general como en la paralela).

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