*Imagen de Paco Moro del diario Cordópolis.
Evidentemente si evaluamos los comicios del pasado día 20 de
diciembre, como el resultado de la voluntad popular, como si ello se tratara de
un resultado aséptico salido de una urna de aislamiento, donde no han existido
factores sociales, políticos y económicos, donde no existen unos principios
preponderantes en esta sociedad, no alcanzaremos a detectar lo que realmente
está ocurriendo en la sociedad española.
Existen
principios aceptados como axiomas matemáticos indiscutibles y ni que decir
tiene, que el término etimológico de democracia no responde a la realidad
social que lo pario. El Gobierno del Pueblo no es precisamente lo que existía
en Grecia, donde en aquellos entonces, existían castas, que en la
profundización de la evolución social se transformarían en clases, existían los
ciudadanos y los esclavos. Por supuesto los esclavos no contaban, ni opinaban y
ni por aproximación tenían el privilegio de elegir, es decir, carecían de todo
tipo de libertades, mientras los ciudadanos eran aquellos habitantes de la
cosmopolis y de las clases privilegiadas que entre otros muchos tenían el
derecho al voto. Por lo tanto, el término democracia está mal acuñado, puesto
que corresponde sólo aquellas clases o castas privilegiadas que tenían derecho
al voto y no al común de los mortales.
Dicho esto y traducido a los datos y
resultados electorales de este País, habría mucho que discutir sobre cuál es el
concepto de democracia que existe en España y sin entrar, de momento, en
profundidades y basándonos en los resultados. Habría que discutir si sobre un
censo de 36.510.952 electores, 7.215.530, votantes del Partido Popular, es
decir, 19,79 % de la población tiene derecho a imponer a una sociedad con más
de 44 millones de habitantes. Estos poco más de 7 millones de españoles son los
tienen las concepciones vitales tan claras, como para someternos al resto de
los españoles a vivir en un País cuyo Gobierno, elegido por ellos, tiene un
fraude fiscal de más 80.000 millones de euros al año y que el 72% lo generan
las grandes fortunas y grandes empresas.
Un País donde a finales del 2012 las 35 multinacionales españolas del
IBEX 35, tenían 467 empresas en paraísos fiscales, y el capital evadido se
estima en 1 billón 22.000 millones de euros, igual al Producto Interior Bruto
español. Los 15.000 millones de morosidad, publicados después de las elecciones
generales por el Ministro Montoro, son una pequeña muestra no del fraude sino
de la morosidad. Morosidad que permiten a empresarios como Rafael Gómez
(Sandokan) deber 192 millones de euros a la hacienda pública y pasear
tranquilamente por Córdoba, sin temor a ser detenido y encarcelado. Un País con
1.700 causas de corrupción abiertas, con sólo 500 imputados y solo 20 en la
cárcel, donde la corrupción llega al tuétano del partido más votado, en esta
democracia española. El suma y sigue de ese País votado y generado por este
sector de la población debería saber que la corrupción, es decir, que lo que se
roba por parte de quién puede, de las arcas del estado asciende a más de 48.000
millones de euros. Un País donde dos jueces, de la audiencia nacional, que han
destacado por su persecución contra la corrupción, están fuera de judicatura.
Si nos damos cuenta, ya existen dos
grandes déficit en esta mal llamada democracia, uno que el 19,79 % de la
población de electores tiene transferidas facultades y legitimidades según la
legislación para iniciar la formación del Gobierno de la Nación y otra son los contenidos
de esa democracia. Bueno las atrocidades mayores del mundo, y los crímenes
mayores, se han realizado bajo el paraguas del término democracia, en la
Alemania NAZI, Hitler obtuvo el poder mediante el sufragio universal y con
mayoría absoluta, lo mismo le ocurre a los Estados Unidos de Norteamérica, que
aún hoy después de bombardear medio mundo en busca del dominio energético,
político y militar, todavía son los campeones de la democracia y de los
derechos humanos. Pero en este caso quién tiene la facultad de imponer, no
aguanta los parámetros matemáticos de la mayoría, es decir, es una formula,
para disponiendo de una minoría poder pisotear a la mayoría, el sistema es aún
más perverso.
Pero si fijamos los parámetros en
contenidos, hay necesariamente que hablar de valores, y entonces diremos que
hay un sector importante en la población, no mayoritario, que ve con buenos
ojos que se robe la recaudación que el Estado hace sobre los ciudadanos, que
defraude la aportación legal al estado por parte de los pudientes, que se
recorten los derechos más elementales para amplios sectores de la población más
necesitada de este País, como las pensiones, la sanidad, la dependencia, la
medicación (copago), la enseñanza, los
servicios municipales, la libertad de expresión y de reunión, así como la
libertad de huelga. Por cierto muchos de estos servicios públicos esenciales
para la comunidad en manos de las multinacionales españolas que sustentan el
actual régimen de corrupción y estafa a su población que representan todas las
instituciones del Estado Español.
Este segundo parámetro, que se basa
en los valores reales que sustentan a una sociedad, tiene una raíz cultural y
por supuesto política mucho más profunda. Parece que lo de las comisiones del
Sr. Pujol al 3%, es nuevo en este País. Los que hemos ido a la mili, todavía
nos acordamos lo que pasaba en las cocinas de los cuarteles durante la
dictadura y la transición, a ¿Cómo se trabajaba?, es decir, esta permisibilidad
sobre la corrupción organizada tiene su origen en una dictadura que transmite a
sus adscritos la idea de qué forman parte de una clase privilegiada que entre
otras tiene el derecho a disponer y expoliar los bienes del Estado como si de
propios fueran y para ello si es necesario basarse en argucias legales, pues
para eso está el Gobierno para crear esas leyes, y la de amnistía fiscal, etc…
y como tampoco hay jueces que realmente persigan el gran fraude. ¿Cómo alguien
con una carrera consolidada y que vive perfectamente integrado en el régimen se
va a enfrentar a los poderes que dominan las instituciones, el ejército, las
fuerzas de seguridad, y la economía?, pues faltaba más. La única independencia
de la judicatura por lo menos que por esta parte se conoce es la de hacer
esperar durante años una pequeña reclamación de cantidad de los trabajadores,
la de esperar el fallo de sentencias sobre despidos durante años, y el de
llamar la atención maleducadamente a trabajadores en las salas de vista, bueno
esto es capitulo, aparte y prohibitivo para esta democracia la simple discrepancia
de lo que pasa con la justicia en España. La simple critica o valoración de sus
decisiones puede significar un desacato a su autoridad, lógicamente penado. Pero
sería muy ilustrativo para la ciudadanía y los trabajadores que describiéramos,
como muestra, una decena de casos en los que nuestro sindicato C.T.A. nos vemos
envueltos y cómo está actuando la “justicia” de este País.
Pero basándonos una vez más,
simplemente en los datos y en el principio constitucional de que todos los españoles
somos iguales ante la ley, demuestran una vez más que las leyes españolas no
tienen consistencia ni tan siquiera para mantener la legalidad de la
constitución española. Dicho sea de paso que dicha constitución no está basada
en un proceso constituyente democrático puesto que 50 de los 350 diputados que
conforman el parlamento constituyente español del actual régimen, fueron
elegidos por designación del Rey, es decir, que la monarquía se reservó su
cuota de poder directo, no a través de los partidos constituyentes en aquel
momento, evidentemente, había y hoy no nos equivocamos si lo afirmamos una
democracia secuestrada. Pero volvemos al principio constitucional de iguales
ante la ley. Si sumamos los votos válidamente emitidos, es decir, 25.349.824 más
los blancos 187.766, es decir, un total de 25.537.590 votos divididos por 350
escaños, el escaño en el Congreso de los Diputados debería de valer a 72.964
votos, si los españoles fuésemos iguales ante la ley... Pero al P.P. el
diputado le vale a 58.662 votos, al PSOE
61.452 votos, a PODEMOS 75.207
votos, a Ciudadanos 87.500 votos y a
I.U.-U.P. a 461.552 votos el diputado, y todo ello debido al sistema de
circunscripciones electorales por provincias y a la asignación de los restos a
nivel provincial, despreciando la suma de los mismos a nivel estatal o
nacional. Lo cual hace que por ejemplo con el sistema realmente proporcional el
P.P. obtendría 99 diputados, el PSOE 75 diputados, 71 PODEMOS, e I.U.-U.P. 13
diputados. La conclusión es el que el sistema electoral español es tan fraude
como cuando en el campo andaluz para recoger la naranja el empresario que
quiera cumplir el convenio tiene que pagarla a 12 pesetas el kg y la están
pagando a 3 pesetas. Es el mismo tipo de estafa, basado en el desprecio a los
principios matemáticos.
Lo lamentable de todo esto, si
analizamos las repercusiones que tuvieron todos los recortes y contrarreformas
laborales, legisladas por el partido campeón, el Partido Popular y también por
su alternativa el Partido Socialista Obrero Español, es que todas las acciones
emprendidas por el capital y que la historia, si es objetiva, las rebautizará
con el nombre del quinquenio negro. Han tenido una respuesta social de
movilizaciones ante la injusticia de forma muy desconfigurada, y desorganizada,
un poco como la guerra de Napoleón pero realmente sin guerra. No son los
trabajadores de las fábricas, de los sectores productivos o de servicios, las
organizaciones obreras, los trabajadores públicos, los que se han movilizado,
estos han estado atados y bien atados por los sindicatos representantes CC.OO.
y U.G.T, y por los corporativistas y también por los que se llaman alternativos,
una mala copia de los primeros. En septiembre del 2011 fuimos a una huelga
general y la traición se escribió con la firma de la contrarreforma de las
pensiones. En el 2012 después de la contrarreforma laboral de febrero, fuimos a
la huelga el día 29 de marzo, pero el día 30 de marzo se pusieron en marcha los
planes de ajustes en los Ayuntamientos y Comunidades Autónomas que han
destruido más de medio millón de empleos fijos, directos y de calidad del
Sector Público y se machacó las prestaciones por desempleo a los mayores de 52
años, bajándose la percepción de las cantidades a todos los demás, y después de
la huelga nunca jamás se habló de esto. Sectores de la población no desde su
medio económico productivo, organizados a pequeña escala en plataformas
ciudadanas al margen de las organizaciones sindicales institucionalizadas, como
estudiantes, mayores, asociaciones de vecinos y en Madrid la sanidad son los
que se han movilizado. Las condiciones de vida de millones de habitantes de
este País eran el caldo suficiente para haber generado una respuesta política y
sindical que hubiera hecho cambiar la realidad socio política y económica del
País por lo menos haberlo intentado. Necesariamente se tenía que haber
instrumentalizado esta situación socio-política para construir una organización
combativa contra el capitalismo que aspirara a cambiar las estructuras
económicas, políticas e institucionales del País. Sin embargo, de eso es de lo
que se ha huido. Se huye porque los llamados a dirigir ese movimiento son los
que están integrados en el sistema, sindicalistas con sueldos de 70.000 euros
al año y planes de pensiones millonarios y evidentemente, como no la
autocrítica, por la falta de madurez y de compromiso político-sindical de miles
de militantes de la izquierda que no estamos a las alturas de las
circunstancias. Siempre pongo el mismo ejemplo, cuando el vaso está para rebosar,
hay que preparar un trapo bien sequito, y recoger el agua derramada y tirarla a
la cañería. Precisamente eso es lo que se han encargado en hacer el sistema
económico capitalista que está instaurado en este País. El bipartidismo se ha
desdoblado para convertirse en cuatripartidismo, en definitiva partitocracia,
partiendo de una propaganda que se ha otorgado por los medios de persuasión del
régimen a través de las encuestas que ellos mismos realizan. Ahora toda aquella
inquietud social y la necesidad de cambio radical de las estructuras del País
que llevan a que menos del 4% de la población tenga el control sobre todas las
propiedades y que el 30 % este en la exclusión social o al borde la misma, es
decir, tenga una renta per cápita inferior al 75% del salario base. Todo ese
descontento ha sido reconducido y canalizado a la cloaca de la
institucionalización, donde evidentemente, guerreros que nunca lo fueron,
dándole el beneficio de la duda están
por descubrir, aunque muchos de ellos ya están descubiertos , se entregaran a
la placidez palaciega, como ya se encargan los diputados de algunas de esas
formaciones políticas en el parlamento andaluz y en muchos ayuntamientos, donde
romper, las políticas de privatizaciones del P.P. y del PSOE es prohibitivo y
trasgrede la ley, y claro ellos no se atreven.
Y no han dudado los medios de
persuasión social, mal llamados medios de comunicación, fieles herederos de la
censura y del instrumento informativo de la dictadura, eso sí adaptados a la
revolución pos industrial, sobre todo en lo que se refiere a sacar grandes rendimientos
económicos, con los cuales evidentemente están comprometidos y aliados con los
grandes especuladores de la energía, las industrias y las nuevas tecnologías de
la comunicación. Como digo, no tuvieron ningún pudor en elegirnos los
representantes de las marcas blancas de P.P. y PSOE y además en darle todo el
espacio necesario, para que a estas dos formaciones no se les escape ni un solo
voto. Si nos fijamos en los resultados el incremento del porcentaje de votos se
ha incrementado de un 71 a un 73,2, no ha existido una subida significativa de votantes,
más bien un nuevo reparto de los votos, que si sumamos las cuatro formaciones
no se les escapa ni un voto, ahora se trata de gestionar ese nuevo panorama,
que está fuertemente consolidado, sobre los cimientos de la democracia que aquí
hemos descrito, la democracia campeona en corrupción, en fraude electoral, en
desigualdad, en injusticia legal y social.
Pero hay una idea, que no quisiera
concluir sin que constara en este artículo. Si todos quieren cambiar, y todos
se presentan bajo la pancarta del cambio. Por qué no se concreta y se habla de
la realidad. Uds. piensan que puede existir un cambio, cuando sobre los
productos alimenticios más básicos las grandes superficies, sobre los precios
de coste incrementan unos beneficios de producción en muchos casos superiores
al 200%, y en otros muchos incalculables, y que esos beneficios provienen del
sistema de producción y recolección, tan difícil es por parte del Estado que se
pueda poner un precio justo. Así de sencillo, tan difícil es que con nuestros
ahorros, y nuestras nóminas en lugar de que la banca especule, nos estafe, por
cierto, que todavía no hay ningún banquero metido en la cárcel y si los hay
amnistiados por los socialistas y los antipopulares, jubilados con dinero
público con millones de euros. Tengamos un banco estatal donde las operaciones
a realizar sean dirigidas por el estado y sometidas a control público.
Tan difícil es en la constitución
española se fije que todos los trabajadores de este País tendrán derecho a
exigir del Estado un Puesto de Trabajo a partir de los 16 años, el derecho y la
obligación al trabajo, y que el Estado tiene la obligación de proporcionarlo y
sino el disponer una renta que permita sobrevivir a los seres humanos.
Tan difícil es que el Estado Español
tenga la facultad de exigir a las grandes empresas la creación de empleo en
función de sus facturaciones y beneficios.
De esto no se habla, porque estas son
las medidas encaminadas a cambiar la economía de este País, y eso es lo que
todos estos agentes sociales, es decir, partitocracia defensores del capital,
sindicatos defensores del capital y patronal defensora de la corrupción y la
especulación, no están de acuerdo, incluidas todas las instituciones de este
País. En definitiva quieren hacer desaparecer de la faz de la tierra la palabra
comunismo, o de una economía dirigida por el Estado a favor del Pueblo.
Todo se deriva a reformar una
constitución que los que hoy tenemos hasta 55 años no hemos tenido ni tan
siquiera la oportunidad de votar, somos ya tres generaciones de españolitos que
nos hemos tragado un régimen monárquico, cuyo monarca es el Jefe del Estado y
el General Jefe de las Fuerzas Armadas de este País, un régimen político
hereditario, que consagra la economía libre de mercado, donde la justicia no
existe y lo peor de todo donde no existe ni el derecho a sobrevivir con el
trabajo, y por supuesto sólo existe libertad para consumir, ni siquiera para
opinar libremente.
Hoy España ha perdido su soberanía
nacional, bueno con Franco nunca la tubo, dependía directamente de la embajada
norteamericana, pero nunca ha recuperado la soberanía nacional. Hoy España es
más dependiente de los préstamos del capital, del imperio alemán y
norteamericano, que cuba con su escasa economía suramericana de los Estados
Unidos de América. Y no sé dónde se tendrá más, y quién tendrá más, pero seguro
que su política hasta hace poco estaba basada en la dignidad y la nuestra en la
corrupción.
El movimiento obrero de clase está
por reconstruir y el cambio social también.
Viva la Clase Trabajadora Libre.
Paco Moro
Militante de C.T.A., Coordinadora de
Trabajadores de Andalucía y de la Federación Sindical de Clase.
1 de enero de 2016
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